La Paz, 27 de agosto de 2024 (BOLNEWS). – En un emotivo acto de despedida, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, rindió homenaje al fallecido sacerdote jesuita y comunicador, padre Eduardo Pérez Iribarne, destacando su compromiso con los más humildes y su legado de lucha al lado del pueblo. Prada subrayó que Pérez siguió los pasos de su amigo, el también jesuita Luis Espinal, al hacer de la iglesia un refugio y motor de esperanza para los sectores más vulnerables.
“El padre Pérez fue un gran amigo de Luis Espinal. Ambos compartieron la visión de una iglesia comprometida con el pueblo, una iglesia que trabaja en favor de los más humildes. Como creyente, siempre he defendido esa misión: estar al servicio de los sectores más vulnerables. El padre Pérez ha seguido ese camino con firmeza”, expresó Prada en el velatorio de los restos del sacerdote.
Luis Espinal, quien fue secuestrado y brutalmente asesinado por paramilitares en marzo de 1980, se distinguió por su inquebrantable defensa de los oprimidos y su lucha por la democracia en tiempos de dictadura. Siguiendo esa misma senda, el padre Pérez dedicó su vida a la comunicación, usando su voz para amplificar las necesidades del pueblo boliviano.
La ministra recordó la llegada de Pérez a Bolivia desde su natal España y su integración en las comunidades mineras, donde encontró en el periodismo una poderosa herramienta para su vocación de servicio. “A partir de ahí, el periodismo marca su vida y se convierte en una de sus grandes vocaciones”, rememoró Prada, destacando su impacto en la radio boliviana con programas como “El hombre invisible”, “El café de la mañana” y el emblemático Noticiero de Radio Fides.
Prada compartió un recuerdo personal de su último encuentro con el sacerdote, revelando una faceta más íntima: “Cuando lo visité en Radio Fides, me mostró con orgullo su colección de imágenes y fotos de ferrocarriles, una de sus grandes pasiones”, dijo la ministra, añadiendo que esta afición reflejaba la conexión del padre Pérez con las historias y vidas que recorrían los caminos de Bolivia.
Finalmente, Prada elogió la vida del padre Pérez como una constante entrega al prójimo, destacando campañas como “Por la sonrisa de un niño”, que conmovieron y movilizaron a la sociedad boliviana en favor de los más necesitados. En su homenaje, María Nela Prada resaltó que el legado del padre Pérez Iribarne sigue vivo, inspirando a continuar la lucha por una iglesia junto al pueblo.
RG
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