Tras meses de lluvias e inundaciones, Bolivia enfrenta ahora una nueva etapa climática marcada por heladas, granizadas y bajas temperaturas, que ya afectan a seis departamentos y han dejado miles de damnificados.
“El evento de inundaciones está disminuyendo, pero estamos ingresando en un periodo de transición hacia las heladas y granizadas”, advirtió el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
Desde noviembre de 2024, Chuquisaca, Cochabamba, La Paz, Oruro, Potosí y Tarija han registrado fenómenos climáticos extremos. En este contexto, Oruro fue declarado en desastre departamental y Potosí en emergencia.
Hasta la fecha, se reportan 353.870 familias perjudicadas por el frío, granizadas y descensos térmicos, con 114 municipios afectados, de los cuales 78 están en desastre y 13 en emergencia. Dos personas fallecieron en Oruro a causa del clima.
A esto se suman los daños provocados por las lluvias previas: 919.732 familias afectadas o damnificadas, 2.443 viviendas destruidas, 59 fallecidos, 10 desaparecidos y 103 familias evacuadas.
El Gobierno cuestionó la falta de declaratorias de desastre por parte de algunas gobernaciones, como La Paz y Cochabamba, lo que obstaculiza la llegada de recursos de ayuda. Calvimontes llamó a actuar con responsabilidad para mitigar los impactos en comunidades vulnerables.