Dirigentes árabes y occidentales, reunidos en una «cumbre por la paz» en El Cairo, reclamaron este sábado un «alto el fuego» entre Israel y Hamás, además de la «entrega masiva de ayuda» a la Franja de Gaza y una «solución» definitiva al conflicto israelo-palestino que dura ya 75 años.

«Debemos actuar ahora para poner fin a la pesadilla», urgió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Casi 4.400 palestinos murieron en la Franja de Gaza por los bombardeos israelíes lanzados diariamente en represalia, según el Ministerio de Salud de Hamás, que gobierna este enclave.

La Franja de Gaza, bajo el «asedio total» de Israel, necesita «una entrega masiva de ayuda», añadió Guterres, después de que 20 camiones llegaran al territorio palestino desde Egipto este sábado.

Guterres intervino ante dirigentes de Egipto, Jordania y de la Autoridad Palestina, además de varios ministros de Relaciones Exteriores árabes y europeos, de dirigentes de la Liga Árabe, de la Unión Africana y de la Unión Europea.

«No nos iremos» 

El rey Abdalá II de Jordania reclamó un «alto el fuego inmediato», y el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi afirmó que «la única solución a la cuestión palestina es la justicia», insistiendo en el «derecho» de los palestinos «a establecer su Estado».

«No podemos permitir que este conflicto se convierta en una crisis regional», declaró por su parte el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. «Hoy no podemos posponer una solución».

Guterres evocó el «contexto más amplio», aludiendo a «56 años de ocupación sin final a la vista». «Pero nada puede justificar el condenable ataque de Hamás», que debe «liberar inmediatamente y sin condiciones» a los cerca de 200 rehenes secuestrados en Israel.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, reiteró la necesidad de poner «fin a la ocupación israelí de los Territorios palestinos y una solución de dos Estados», uno israelí y otro palestino.

El presidente estadounidense, Joe Biden, que no participa en la cumbre, igual que Israel, indicó en su corta visita el miércoles a Tel Aviv que la guerra entre Israel y Hamás refuerza su «determinación» para una solución de dos Estados.

«No nos iremos» de las tierras palestinas, repitió tres veces Abas, que junto a Egipto y Jordania se opone desde hace días a la orden israelí de evacuar a los gazatíes del norte de la Franja hacia la zona sur, en la frontera con Egipto.

Los dirigentes consideran que este es un primer paso hacia «un desplazamiento forzoso» de palestinos al Sinaí egipcio. Según Abas, esto equivaldría a «una segunda Nakba» (catástrofe en árabe), refiriéndose a la expulsión de unos 760.000 palestinos tras la creación del Estado de Israel en 1948.

Vidas palestinas, vidas israelíes 

Abdalá II criticó el «silencio global», añadiendo que «es un mensaje muy peligroso».

«El mensaje que está escuchando el mundo árabe es alto y claro: las vidas palestinas valen menos que las israelíes. Nuestras vidas valen menos que otras vidas», declaró.

«Los derechos humanos tienen límites: se detienen en las fronteras, en las razas y en las religiones», añadió.

El ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, denunció por su parte «una ayuda militar incondicional a Israel que solo sirve para mantener la ocupación» de los Territorios palestinos.

Su homólogo saudita, Faisal bin Farhan, criticó el rechazo del Consejo de Seguridad de la ONU a dos resoluciones que pedían el cese de las hostilidades.

Egipto, que organizó esta cumbre, quiere jugar un papel diplomático destacado en el conflicto.

Fue el primer país árabe en firmar la paz con Israel en 1979, y desde entonces El Cairo ha sido un mediador habitual entre Israel y los palestinos, entre ellos Hamás. Además, Egipto tiene el único punto de entrada a la Franja no controlado por Israel, Rafah.

Decenas de ciudadanos con pasaportes extranjeros esperan a las puertas de este paso para salir de la Franja de Gaza.