Cuba desarrolla cinco vacunas contra el COVID-19. De este total, dos despiertan el interés internacional, sobre todo, por sus ventajas ante las nuevas cepas.

“Los estudios técnicos transcurren en un escenario donde ya circulan en nuestro país otras variantes del virus, entre ellas la sudafricana, una de las más preocupantes según la OMS, y se ha visto que algunas vacunas en el mundo, que ya tienen aprobado su uso de emergencia, frente a esa cepa disminuyen su eficacia», resaltó Eduardo Martínez Díaz, presidente del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba (BioCubaFarma), reportó el portal de noticias Sputnik.

El portal de noticias también hace mención a que autoridades sanitarias indicaron que los primeros resultados oficiales de la fase 3 de ensayos clínicos de las candidatas Soberana 2 y Abdala, previstos para junio, pueden superar mucho más del 50% de eficacia necesaria para su aprobación por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Cuba continúa sus estudios con otros tres inmunógenos para obtener más fórmulas capaces de combatir el coronavirus SARS-CoV-2. Además del fenómeno de las cepas mutantes y la perceptible evolución del virus, el embargo comercial impuesto al archipiélago antillano requiere ingenio y una búsqueda constante de alternativas.

«Si el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos obstaculiza algunas de estas tecnologías, como sucede con la adquisición de insumos, tenemos otras posibilidades. En los últimos tiempos, por ejemplo, más de 200 bancos renunciaron a las operaciones con el país», expresó el doctor.

Cuba estaría más cerca de que alguno de estos inmunógenos se aplique en los planes de vacunación masiva contra el COVID-19, pues según comunicó Martínez Díaz más del 90% de los voluntarios en fase 2 tuvo una respuesta de títulos de anticuerpos protectores cuatro veces por encima de los niveles basales.

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