En un encendido discurso ante cancilleres de América Latina y el Caribe, la ministra de Relaciones Exteriores de Bolivia, Celinda Sosa, arremetió contra la política arancelaria impuesta por Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump. Desde la IX Cumbre de la Celac, en Tegucigalpa, advirtió que las medidas proteccionistas estadounidenses contradicen el libre comercio y generan un efecto dominó que vulnera las economías del Sur Global. Sosa instó a los países del bloque a forjar una estrategia conjunta que proteja sus intereses, promueva una integración soberana y reduzca la dependencia de las potencias económicas tradicionales.

Más allá de la crítica comercial, la canciller boliviana presentó una agenda regional con ejes en justicia social, soberanía alimentaria, cambio climático y derechos humanos, reforzando la imagen de una Bolivia que busca liderazgo en la diplomacia multilateral. En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, el llamado boliviano no solo fue una denuncia, sino un acto de afirmación política: una invitación a que América Latina no espere su futuro, sino que lo construya con autonomía y unidad estratégica.