La Paz, 13 de noviembre de 2024 (BOLNEWS).-
En el marco de la 29ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) que se celebra en Bakú, Azerbaiyán, Bolivia, a través de su canciller Celinda Sosa, presentó una propuesta clave para abordar los impactos del cambio climático en los recursos hídricos. Durante su intervención en el evento titulado “Impactos Adversos del Cambio Climático en la Degradación de Cuencas Hidrográficas”, Sosa propuso la creación de un fondo económico específico destinado a la adaptación y mitigación de cuencas hídricas, con especial énfasis en los países en desarrollo.
“La protección de las cuencas hídricas es urgente y esencial para la supervivencia de los ecosistemas y las poblaciones que dependen de ellas. Proponemos la creación de un fondo específico que permita a los países en desarrollo implementar medidas efectivas de adaptación y mitigación frente a los efectos del cambio climático en sus fuentes de agua”, afirmó Sosa en su ponencia.
En su intervención, la canciller boliviana subrayó la importancia de fortalecer la cooperación técnica entre países que comparten cuencas hidrográficas, a fin de mejorar la gestión de estos recursos vitales. Además, destacó la necesidad de regionalizar los sistemas de monitoreo para facilitar una comprensión más profunda y efectiva de las dinámicas hídricas compartidas.
Sosa también hizo un llamado a reconocer el agua como un derecho humano fundamental y destacó que esto debe ir acompañado de “acciones concretas”, tales como el aumento del financiamiento climático para la adaptación de los países en desarrollo, el fortalecimiento de la cooperación científica internacional y el respeto por los conocimientos ancestrales en la gestión del agua. En este sentido, enfatizó que la experiencia y sabiduría tradicional de los pueblos indígenas debe ser parte integral de las políticas de gestión hídrica.
Un aspecto fundamental de su intervención fue la presentación del “Programa Nacional de Gestión Integrada de Cuencas” de Bolivia, que combina el conocimiento científico con las prácticas ancestrales de las comunidades locales. Este programa busca no solo mejorar la gestión de los recursos hídricos, sino también fortalecer las capacidades de prevención mediante sistemas de alerta temprana ante eventos climáticos extremos, una herramienta crucial para mitigar los efectos devastadores de sequías e inundaciones.
“Bolivia reafirma su compromiso inquebrantable con la gestión sostenible de nuestros recursos hídricos y hace un llamado a la acción colectiva inmediata. Las futuras generaciones nos juzgarán por las decisiones que tomemos hoy para proteger el agua, fuente de toda vida”, expresó la Canciller, subrayando la urgencia de adoptar medidas concretas y efectivas ante la crisis climática.
El llamado de Bolivia busca generar conciencia sobre la necesidad de una acción global frente a la degradación de las cuencas hidrográficas, un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente en las regiones más vulnerables. La propuesta se enmarca en un contexto global donde el cambio climático sigue acelerando los procesos de desertificación y alterando los ciclos hídricos, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria, el acceso al agua potable y la estabilidad social de muchos países.
El compromiso de Bolivia con la gestión integral del agua refleja una visión a largo plazo para enfrentar los retos climáticos y garantizar la disponibilidad de recursos hídricos para las generaciones venideras.
OA