El presidente Luis Arce afirmó que el golpe de Estado de 2019 fue planificado y que las denuncias de supuesto fraude solo sirvieron como pretextos para aplicar una arremetida contra el orden institucional en Bolivia. Identificó tres actores protagonistas en los hechos: el movimiento cívico, los partidos de oposición y la Organización de Estados Americanos (OEA); sin embargo, indicó que las investigaciones deben dar con los responsables.

“El golpe fue muy bien planeado. Había un manual que tenían que seguir ellos”, aseguró el mandatario en entrevista en el programa “Diálogos por la democracia” de TV UNAM de México. “No creo que años, pero sí meses de planeamiento”, sostuvo.

“Hay caras visibles del golpe de Estado. Está el señor Camacho. Hay un video, no estamos inventando. Hay videos donde él explica quién había sido el que le ayudó a hacer toda la movilización y el desmonte de las Fuerzas Armadas; él habla de su padre, inclusive. Es un video generalizado que circuló por todo lado”, dijo el mandatario.

Aseveró que además del movimiento cívico que tenía como representante a Camacho, se tuvo la acción de partidos políticos de oposición que se sumaron a las acciones para generar inestabilidad en el país inmediatamente después de las elecciones presidenciales de esa gestión.

“También, están los partidos políticos que se anticiparon y el día de las elecciones lanzaron el tema de que hubo fraude sin tener una prueba o algún fundamento. La OEA contribuyó de manera muy clara cuando señalaba algunas irregularidades en las elecciones sin fundamento y nunca se pudo comprobar”, sostuvo.

Indicó que se deben hacer las indagaciones correspondientes, debido a que existen muchas hipótesis sobre los hechos y así dar con los responsables directos de lo sucedido. “Es una investigación que hay que hacer”, aseveró.

En noviembre de 2019, la OEA hizo público un informe preliminar en el que cuestiona la transparencia de las elecciones presidenciales cuando aún continuaba el conteo de votos. Esa situación provocó movilizaciones en diferentes sectores del país, una crisis política y la salida del entonces presidente Evo Morales del Gobierno, quien denunció golpe de Estado.

En diciembre de ese año, la organización internacional presentó un informe final en el que vuelve a mencionar supuestas irregularidades. Eso viabilizó que la entones senadora Jeanine Áñez asuma la Presidencia y aplique un régimen con hechos de violencia como las masacres de Sacaba en Cochabamba y Senkata en El Alto.

“No escucho hablar a los que quieren defender los derechos humanos y los debidos procesos de esas personas que fueron acribilladas, que fueron asesinadas por las Fuerzas Armadas y la Policía que salieron a reprimir todo ese movimiento popular en contra de ese golpe de Estado, que no estaba de acuerdo con el cambio de Gobierno”, cuestionó.

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