Cochabamba, 05 de noviembre de 2024 (BOLNEWS). –

Después de 23 días de intensas protestas, los afiliados a la Central Única de Trabajadores Campesinos de la Provincia Carrasco – Totora decidieron levantar el bloqueo de caminos que afectó seriamente el flujo comercial en el departamento de Cochabamba. La resolución, que fue dada a conocer por el dirigente campesino Guery García, también sugiere que en el Chapare se está evaluando tomar medidas similares.

El levantamiento de la protesta en la provincia Carrasco, que afecta tanto a la producción agrícola como al transporte, se tomó «por un cuarto intermedio en la toma pacífica de la carretera dentro del municipio de Totora», según explicó García, quien enfatizó la necesidad de precautelar la seguridad de las bases campesinas. La decisión fue respaldada por los ejecutivos de más de 20 subcentrales y 15 sindicatos de transporte de la región.

Desbloqueo y recuperación de la conectividad comercial

Desde el viernes pasado, se implementaron operativos de desbloqueo en diversas rutas de Cochabamba, con el respaldo de la Policía y las Fuerzas Armadas. En Parotani, se logró restablecer la conexión entre Cochabamba y el occidente de Bolivia, mientras que el lunes se habilitó el paso en Mairana, Santa Cruz, y Capinota, Cochabamba. A lo largo de esta semana, se ejecutaron más desbloqueos en el cono sur del departamento, en las localidades de Aiquile y Mizque, lo que permitió la recuperación parcial de la conectividad comercial y de provisión con Santa Cruz y otras regiones del occidente del país.

Las provincias de Cochabamba, y particularmente Carrasco, fueron gravemente afectadas por los bloqueos, lo que paralizó el comercio de productos agrícolas esenciales como la papa y el maíz, productos que no pudieron llegar a los centros de abasto. Durante estos 23 días, los campesinos de la zona enfrentaron severas pérdidas económicas.

Llamado urgente al Gobierno por medidas económicas

Los dirigentes campesinos señalaron en su resolución que la situación económica de la región se ha visto empeorada en los últimos meses, por lo que pidieron al Gobierno soluciones inmediatas para la falta de combustibles y dólares, y que se controlen los precios excesivos de la canasta familiar.

«Es necesario que el Gobierno responda a las demandas urgentes de nuestra gente. El sector agrícola está enfrentando una crisis, y nuestros productores no pueden seguir esperando respuestas mientras los precios siguen subiendo y el abastecimiento de insumos sigue siendo insuficiente», afirmó García, quien también ocupa el cargo de secretario de Defensa de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb).

Además, destacó que los campesinos de Carrasco decidieron levantar el bloqueo como un «respiro» para las comunidades afectadas, pensando en el bienestar de sus afiliados y de todas las personas que los eligieron para representarlos en las luchas sociales y políticas.

Protestas y objetivos políticos de fondo

Es importante destacar que los bloqueos en la región fueron impulsados inicialmente por sectores afines al expresidente Evo Morales, quienes buscaban garantizar su candidatura presidencial y la anulación de sus procesos penales, entre ellos por denuncias de abuso de menores ocurridas en 2015. La protesta comenzó como una medida de presión política y, aunque en las últimas semanas el foco de la protesta se centró en temas económicos y sociales, las implicancias políticas siguen marcando el tono de las movilizaciones.

García dejó entrever que, aunque se ha alcanzado un acuerdo para levantar los bloqueos en Carrasco, en la vecina provincia del Chapare se sigue evaluando la continuación de las medidas de presión, dependiendo de la respuesta del Gobierno a sus demandas.

«Si se decide suspender las medidas de presión, será por el bienestar de todos los campesinos y las familias que han apoyado este movimiento», afirmó García, en un mensaje que deja abierta la posibilidad de que los bloqueos puedan reanudarse en el futuro, si el Gobierno no atiende las peticiones de los sectores populares y productivos del país.

La situación, que ha afectado tanto a la economía como a la convivencia social en la región, parece entrar en un nuevo periodo de calma tensa, en el que se evaluarán los pasos a seguir en los próximos días, mientras el Gobierno y los dirigentes campesinos continúan en un tira y afloja sobre la atención a las demandas del sector.

OA