El presidente Luis Arce conmemoró este domingo los 10 años de la muerte de la exmandataria Lidia Gueiler Tejada y resaltó su lucha por la democracia.

“Recordamos a Lidia Gueiler, expresidenta de #Bolivia, a 10 años de su muerte. Presidenta por sucesión constitucional, fue derrocada en 1980 por el golpe de estado de Luis García Meza, por lo que tuvo que partir al exilio. Nuestro homenaje a su defensa de la democracia”, manifestó por medio de un mensaje de Twitter.

Según datos históricos, Lidia Gueiler Tejada nació en 1926 en Cochabamba y falleció en 2011 en La Paz. Fue una políticaboliviana que presidió la República de Bolivia entre 1979-1980.

Estudió en el Instituto Americano de Cochabamba, donde cursó la secundaria, para posteriormente obtener el título de contadora.

Desde 1948 militó en el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido en el que se formó políticamente, destacando como dirigente femenina y de la juventud.

En las elecciones de 1978, el Congreso eligió presidente constitucional interino al titular del Senado, Walter Guevara Arze, y para la presidencia de la Cámara de Diputados a Lidia Gueiler Tejada.

El 1 de noviembre de 1979, el coronel Alberto Natusch Busch alentó un golpe de Estado, reprimiendo la reacción popular en la llamada Masacre de Todos Santos en La Paz. Como presidenta de la Cámara de Diputados, Gueiler tomó parte activa en la búsqueda de una solución.

El 16 de noviembre de 1979 el Congreso revocó el mandato conferido a Walter Guevara Arze y encomendó el ejercicio de la Presidencia de Bolivia a la presidenta de la Cámara de Diputados. En esas circunstancias, Lidia Gueiler se convirtió en la primera mujer en el ejercicio de la presidencia de Bolivia.

Gueiler convocó a elecciones para el 30 de junio de 1980, pese a la oposición del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, que tenía un grupo de oposición que desafiaba el poder civil.

Las elecciones se realizaron y, una vez más, no había un candidato con mayoría absoluta. La decisión quedó en manos del Congreso. Sin embargo, 18 días después de las elecciones, el general Luis García Meza encabezó un golpe de Estado y se hizo con el poder.

Lidia Gueiler fue obligada por los militares golpistas a firmar su renuncia a la presidencia, se asiló en la Nunciatura Apostólica, donde permaneció tres meses; después viajó a París.

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