El Ejército boliviano denunció la retención ilegal de un camión militar y su personal en Colomi, Cochabamba, cuando se dirigían a actividades de instrucción. Seguidores de Evo Morales interceptaron el vehículo, forzaron la puerta y exigieron mostrar su carga. También insultaron a los soldados y les impidieron avanzar.

El Comando General del Ejército rechazó el acto de agresión y negó cualquier plan de intervención militar, asegurando que no hay orden de operar contra la población. Mientras tanto, el senador evista Leonardo Loza agitó temores de una supuesta represión, pese a no presentar pruebas.

El Ejército reafirmó su respeto a los derechos humanos y el cumplimiento de sus funciones dentro del marco constitucional.