Las exportaciones de carne de res de Bolivia crecieron en 455 por ciento entre 2019 y 2023, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El rápido incremento se vio favorecido en buena medida por la apertura del mercado de China, ya que las ventas de este producto al gigante asiático se elevaron en 614 por ciento en estos años.

Ahora, con ventas superiores a los 130 millones de dólares anuales y un negocio pujante, los ganaderos proponen al Gobierno ampliar su mercado con dos nuevos destinos: Chile y Japón.

Al momento, los ganaderos tienen tres mercados: Perú, Rusia y China, siendo este último el más importante, destacó el presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Walter Ruiz.

Las exportaciones totales de carne pasaron de 24,5 millones de dólares en 2019 a 136 millones en 2023. Las ventas a China pasaron de 10,7 millones a 118,2 millones en ese mismo periodo de tiempo (ver infografía).

El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, destacó que la apertura del mercado chino y la declaratoria de Bolivia libre de fiebre aftosa “se materializó en una crecida de exportaciones de manera exponencial”. Considerando las ventas de carne bovina más derivados como cuero y leche, las exportaciones llegarían a 191 millones de dólares en 2023.

Aunque Rodríguez resaltó que la ganadería bovina es el segundo exportador más importante en el sector agropecuario, sólo detrás de las oleaginosas, y “el presente y futuro” para enfrentar la crisis de los dólares en Bolivia, el monto de divisas que genera aún es mínimo  comparado con la soya y sus derivados: 1.678 millones.

El sector es también aún pequeño comparado con las exportaciones de la declinante industria de los hidrocarburos (2.058 millones) y el bullente negocio del oro (2.482 millones).

El economista ambiental Stanislaw Czaplicki Cabezas resaltó que el aumento de las exportaciones de carne no garantizan un mayor flujo de dólares a las reservas internacionales para solucionar la escasez de la divisa extranjera, ya que los empresarios pueden mover los recursos a cuentas en el extranjero.

Explicó que esto cobra sentido cuando se observa que en 2021 y 2022 se registraron superávit comerciales superiores a los 2 mil millones de dólares, pero las RIN continuaron cayendo.

Czaplicki apuntó que sólo un 10 por ciento de los ganaderos están autorizados para exportar, por lo que los beneficios de ampliar los mercados no beneficiarían al grueso de los productores, y  recordó que el impacto ambiental sería catastrófico, considerando que el 40 por ciento de la deforestación en Bolivia tiene como causa la expansión de ganadería.

“La meta del Gobierno subir de 11 millones de cabezas de ganado a 18 millones para 2025. Por cada cabeza de ganado requieres entre dos a cuatro hectáreas. ¿Te das cuenta la cantidad de superficie que habría que desmontar para cumplir con esas promesas fantasiosas? No hay ni siquiera noción de que están pensando en expandir aún más la deforestación con esto”, declaró.

El gerente del IBCE, Gary Rodríguez, informó que el año pasado se pagó importaciones de China por 80 millones de dólares en yuanes, y se cobraron exportaciones por 12 millones mediante “la triangulación”, es decir, utilizando dólares de por medio.

Añadió que este año, con el convenio realizando entre el Banco Unión y el Banco Industrial y Comercial de China, se espera un flujo directo de bolivianos y yuanes, que “ojalá normalice la situación” la situación de la escasez de dólares.

Sin embargo, algunos analistas son escépticos de que esto ocurra, ya que Bolivia requiere dólares para muchas otras transacciones aparte del comercio con China, como la importación de combustibles.