La Paz, 23 de agosto de 2024 (BOLNEWS).-

El país avanza con el fortalecimiento del sector público y enfrenta desafíos en la industria manufacturera y las exportaciones debido a la crisis sistémica internacional

En medio de un escenario internacional caracterizado por una crisis sistémica y un limitado acceso al financiamiento externo para actividades productivas, la economía boliviana logró crecer un 1,31% en el primer trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior. Este crecimiento, reportado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), resalta el esfuerzo del Estado Plurinacional de Bolivia por mantener el dinamismo económico en un contexto global desafiante.

El panorama económico internacional se ha visto marcado por una desaceleración de la actividad económica a nivel global, acompañada de rebrotes inflacionarios, endurecimiento de las condiciones financieras y los devastadores efectos del cambio climático, que han afectado negativamente los ciclos productivos en todo el mundo. Bolivia, en este contexto, ha logrado mantener un crecimiento modesto, impulsado principalmente por la expansión del sector de servicios y la construcción, ambos fundamentales en la matriz económica nacional.

Sectores clave impulsan el crecimiento: Servicios y construcción en alza

De enero a marzo de 2024, las actividades económicas que mostraron un crecimiento más destacado fueron los servicios y la construcción. Dentro de los servicios básicos, la electricidad, gas y agua registraron un aumento del 8,67%, impulsado en gran medida por un incremento del 9,77% en la producción de energía eléctrica, demostrando el papel fundamental de la infraestructura estatal en la provisión de servicios esenciales para la población.

Asimismo, el sector de otros servicios creció un 7,03%, debido al aumento en servicios domésticos y servicios comunales, sociales y personales, que presentaron variaciones positivas del 10,54% y 8,89%, respectivamente. Estos resultados reflejan la importancia del sector terciario en la dinamización de la economía boliviana, especialmente en un contexto de recuperación pospandemia.

Por otro lado, la construcción experimentó un crecimiento del 6,38%, sostenido principalmente por un mayor flujo de ventas de cemento, que aumentó en un 7,42% durante el período en estudio. Este dinamismo responde, en gran medida, a la inversión pública que, a pesar de las dificultades financieras, ha mantenido un ritmo constante, lo que ha permitido sostener la demanda interna y promover el empleo en el sector.

Desafíos en la industria manufacturera y el impacto de los efectos climatológicos

Sin embargo, no todos los sectores han mostrado la misma fortaleza. La industria manufacturera sufrió una contracción del -2,90% debido a la caída en la producción de alimentos, específicamente en el sector soyero, que registró una caída del -5,51%. Este descenso fue agravado por el retraso en la campaña agrícola causado por factores climatológicos adversos, afectando la producción industrial de derivados de la soya en un alarmante -34,8% y, por ende, su exportación.

Este retroceso en la industria manufacturera ha tenido repercusiones en el valor y volumen de las exportaciones, generando a su vez especulación en el mercado cambiario debido a la menor disponibilidad de divisas. El debilitamiento de este sector subraya la necesidad de diversificación económica y de políticas de apoyo más robustas para enfrentar los desafíos climáticos y del mercado internacional.

PIB por tipo de gasto: Contraste entre consumo e inversión

Analizando el Producto Interno Bruto (PIB) por tipo de gasto, el consumo final de la administración pública registró un crecimiento del 2,01%, mientras que el gasto de consumo final de los hogares y de las Instituciones Privadas Sin Fines de Lucro (IPSFL) creció un 1,31%. Este incremento en el consumo refleja el esfuerzo del Estado para mantener la demanda interna en un entorno internacional complicado.

En contraste, las importaciones de bienes y servicios y las exportaciones registraron disminuciones significativas del 19,06% y 5,39%, respectivamente, evidenciando el impacto del contexto global adverso y la volatilidad de los mercados internacionales. La formación bruta de capital fijo también se contrajo en un -6,39%, afectada por la disminución en la inversión en bienes de capital, un factor crucial para el crecimiento a largo plazo.

El INE señala que este tipo de gasto podría haberse incrementado si se contara con los recursos públicos provenientes de financiamiento externo que apoyarían al sector productivo. Actualmente, más de $us 1.000 millones están pendientes de aprobación en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), recursos que podrían ser determinantes para impulsar la inversión y el crecimiento económico.

Resiliencia y necesidad de apoyo externo

A pesar de los desafíos impuestos por el contexto internacional y los efectos del cambio climático, Bolivia ha demostrado resiliencia económica a través del fortalecimiento de sectores clave como los servicios y la construcción, apoyados en gran medida por la inversión pública. No obstante, la contracción de la industria manufacturera y la caída en las exportaciones reflejan la necesidad de mayor apoyo financiero y de políticas que fortalezcan la diversificación productiva y la adaptación a los desafíos globales.

El gobierno del presidente Luis Arce continúa abogando por una mayor autonomía económica y por la defensa de un modelo de desarrollo soberano que priorice las necesidades del pueblo boliviano frente a la inestabilidad externa. El respaldo del financiamiento pendiente en la ALP será fundamental para fortalecer este camino y enfrentar los desafíos de un mundo en crisis.