Durante la visita del Ministro de Defensa Edmundo Novillo Aguilar al regimiento de Policía Militar Esteban Arce, en Cochabamba, se registra una inusitada postal en la que intervienen dos protagonistas destacados en el cotidiano de la vida en el cuartel: el rancho y el Cabo Ranchero.
Para todos es conocido que los cochabambinos son personas con demandas y usos muy particulares en su alimentación. Y la vida en el cuartel no es una excepción. Por ello el cabo ranchero es un elemento estratégico para el buen desempeño físico y mental de los soldados.
Es así que durante la visita del ministro Novillo al regimiento Esteban Arce nombre de un emblema histórico militar de Cochabamba, los jefes de la unidad a la cabeza de su comandante Wilson Rojas tuvieron la previsión de presentarle al cabo ranchero, quien se acercó tímidamente al Ministro y luego, con la arenga militar de sus superiores tomó el aliento necesario para presentarse con voz de soldado y explicarle a la autoridad, la consistencia del menú del día que la tropa comenzaba ya a ingerir vorazmente: Sopa: Lawita de Jankakipa; Segundo: Hamburguesa con arroz y ensaladita de Zanahoria; Refresco de linaza y plátano de postre.
Inmediatamente después el ministro Novillo, pasó a servirse el famoso rancho de tropa, escoltado por el comandante de la Policía Militar

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