El canciller Rogelio Mayta expresó su preocupación y pidió un informe a la Embajada del Reino Unido de Gran Bretaña tras las denuncias de la prensa en sentido de que ese país habría financiado y apoyado el escenario ideal para el golpe de Estado de Jeanine Áñez, con el fin de apoderarse de los yacimientos del litio boliviano.

Según las denuncias difundidas por varios medios de prensa, Gran Bretaña movilizó a sus diplomáticos y a sus empresas para acceder al litio, insumo vital para su industria automotriz, con el apoyo del gobierno de facto, además de destinar miles de libras esterlinas para financiar a una treintena de periodistas con fines desestabilizadores.

Según la investigación periodística, Gran Bretaña contribuyó con datos para el informe electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre los comicios de 2019, documento que justificó el golpe de Estado.

Al respecto, el canciller boliviano informó que mantuvo una reunión con el embajador del Reino Unido en Bolivia, Jeff Glekin, en la cual “se le expresó la preocupación por esta nota y se le pidió que nos remitiese un informe, que se pronuncie sobre esa investigación”.

En el encuentro, Mayta reiteró al representante del Reino Unido que “Bolivia, como país soberano, no permitirá, bajo ninguna circunstancia, una injerencia externa y que, obviamente, si queremos mantener una relación amigable entre el Estado boliviano y el Reino Unido, se debe superar esta circunstancia con las explicaciones debidas”.

Las declaraciones del canciller Mayta surgieron luego de que se difundió la investigación del periodista británico Matt Kennard, en el sitio Declassified UK, quien difundió documentos desclasificados de la Foreign Office de Gran Bretaña (el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido).

La investigación se titula: “Revelado: El Reino Unido apoyó el golpe en Bolivia para tener acceso a su ‘oro blanco’”.

Estos datos fueron traducidos al español por el sitio Misión Verdad, en su investigación titulada: “Reino Unido puso sus garras sobre el litio tras el golpe en Bolivia”.

Según los documentos, la investigación “aportó pruebas sobre los trabajos corporativos que realizó la Embajada británica en Bolivia junto a la dictadura de Jeanine Áñez, luego del golpe de Estado contra Evo Morales en 2019, siendo un actor clave incluso en la consecución del derrocamiento y posterior persecución de los miembros del MAS”.

“La Embajada Británica en Bolivia había creado un proyecto tecnológico previo al golpe de 2019 con la capacidad de producir eficientemente el litio extraíble de las reservas que reposan en los salares de Coipasa y Pastos Grandes, plan que se puso en marcha con centenas de miles de dólares a la semana, apenas el MAS fue derrocado y perseguido por la dictadura militar”, indica el reporte de Misión Verdad que cita documentos del periodista Kennard.

El Reino Unido diseñó un proyecto, cofinanciado con el Banco Interamericano de Desarrollo, entre 2019 y 2020, que buscaba “‘optimizar la exploración y producción de litio en Bolivia utilizando tecnología británica’”, según el reporte.

La versión periodística describe que después del golpe, ese proyecto avanzó rápidamente:

“El resumen del proyecto fue autorizado por su principal financiador, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 25 de noviembre de 2019, dos semanas después del golpe y días después de la masacre de Senkata”, añade.

La investigación explica que “el proyecto obtuvo la aprobación total para un financiamiento de $us 100.000, semanas después, a mediados de diciembre de 2019”.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña parece haber pagado a una empresa con sede en Oxford, llamada Satellite Applications Catapult, para optimizar la explotación de los depósitos de litio de Bolivia vía satelital, un mes después de instalada la dictadura”, agrega la investigación periodística.

La pesquisa muestra una serie de documentos en los que se describen 16 proyectos más financiados por la misión diplomática en Bolivia.

Previo al golpe, —cuenta Kennard— el Foreign Office ya había compilado información y experiencias sobre la industria del litio en desarrollo en Bolivia, durante el gobierno de Evo Morales, lo que fue un ensayo de las prácticas que en el transcurso del gobierno de facto de Áñez se entronizaron sin escrúpulos.

“La Embajada británica estuvo promoviendo, meses antes del golpe contra Morales, los servicios de cyberdefensa a los banqueros bolivianos de una compañía llamada Darktrace, montada por el MI5, el servicio de seguridad doméstica, y una agencia de inteligencia, GCHQ”, añade el informe.

“La Embajada del Reino Unido llevó a una empresa de ciberseguridad con estrechos y abiertos vínculos con la CIA y la NSA a Bolivia en marzo de 2019, ocho meses antes del golpe militar, así como a un tanque de pensamiento, Chatham House, cuyas principales financistas son el Departamento de Estado estadounidense, el Foreign Office del Reino Unido, el ejército británico y las compañías petroleras BP y Chevron”.

La investigación del periodista inglés indica que la Embajada británica proporcionó datos al informe de la OEA, “que presentó con el fin de socavar los resultados de las elecciones presidenciales que habían dado a Evo Morales la reelección en 2019, y que sirvió de pretexto para el golpe militar”.

La Embajada británica financió con 8.000 libras esterlinas una misión de observación electoral en el marco de las elecciones de 2019, y que fue vital en la emisión de datos al informe de la OEA, indica el reporte.

También, dicha embajada anota que la Fundación Thomson Reuters, “dio más de 9.000 libras esterlinas al reclutamiento y formación de una treintena de periodistas con el fin de hacer una cobertura ‘independiente’ de los comicios”, para así provocar una “desestabilización interesada con fines destituyentes”.

“Dichos elementos se conjugaron para crear el escenario ideal del golpe, lo que dio un papel protagónico al Reino Unido en la intervención internacional por el litio boliviano”, señala la pesquisa.

Para marzo de 2020, Áñez “había invitado a 12 compañías del Reino Unido al país; funcionarios británicos resaltaron el papel de los empresarios de Santa Cruz en la traída de ca

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