Como una medida para reducir las desigualdades respecto a la pandemia, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, propuso a los países crear un nuevo “impuesto de la solidaridad”, orientado a los ricos que se beneficiaron de la situación sanitaria.
“Los últimos informes indican que en el último año se ha producido un aumento de cinco billones de dólares en el patrimonio de los más ricos del mundo. Insto a los gobiernos a que consideren la posibilidad de aplicar un impuesto de solidaridad o sobre la riqueza a quienes se han beneficiado durante la pandemia, para reducir las desigualdades extremas”, sostuvo Guterres en el Foro del Consejo Económico y Social sobre la Financiación para el Desarrollo.
También llamó a cerrar la brecha de financiación del mecanismo COVAX, que busca inyectar dos mil millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus a una cuarta parte de la población de los países más pobres para finales de 2021.
«Para acabar de una vez por todas con la pandemia necesitamos un acceso equitativo a las vacunas para todos, en todas partes», dijo el jefe de la ONU.
Asimismo, se refirió al endeudamiento de los países y propuso la suspensión y aligeramiento de estas obligaciones, así como la concesión de liquidez a los países que la necesiten.
Exhortó incluso a reforzar «la arquitectura de la deuda internacional para acabar con los letales ciclos de oleadas de deuda, de crisis de deuda global y de décadas perdidas», según difundió la ONU.
Otra de las acciones prioritarias que propuso fue invertir en un nuevo contrato social, basado en la solidaridad y las inversiones en educación, los empleos decentes y ecológicos, la protección social y los sistemas de salud que formarían «la base del desarrollo sostenible e inclusivo».