La Paz, 21 de septiembre de 2024 (BOLNEWS).-
El aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz, se convirtió en el escenario de un hallazgo alarmante tras la detección y secuestro de más de 160 armas de grueso calibre provenientes de Turquía, según informó el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. Este arsenal, cuyo destino final aún es incierto, genera serias preocupaciones sobre su posible uso en actividades ilícitas o en una convulsión social.
“No serán utilizadas por las Fuerzas Armadas ni por la policía, ya que ninguna de estas instituciones ha adquirido este armamento. Por lo tanto, es probable que estuvieran destinadas a generar disturbios o a fines ilegales”, declaró Del Castillo, enfatizando la gravedad de la situación.
Origen y ruta del armamento
Las investigaciones preliminares revelan que el arsenal fue enviado desde Turquía, pasó por Colombia y finalmente llegó a Bolivia. “Estamos realizando las gestiones fiscales necesarias en Santa Cruz para llevar a cabo allanamientos dirigidos a identificar y detener a quienes estaban destinados a recibir este armamento”, añadió el ministro.
Del Castillo optó por no proporcionar demasiados detalles adicionales, ya que las investigaciones están aún en curso. Sin embargo, la información preliminar sugiere que entre las armas incautadas se encuentran fusiles AK-47, conocidos por su letalidad y uso en conflictos armados.
Compromiso del Gobierno en la seguridad nacional
Este incidente resalta la creciente preocupación del Gobierno boliviano sobre el tráfico de armas y su potencial impacto en la seguridad nacional. Del Castillo reafirmó el compromiso del Ejecutivo de investigar a fondo este caso y tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población.
Las autoridades competentes están trabajando arduamente para rastrear la cadena de suministro de estas armas y asegurar que aquellos involucrados en esta operación ilegal sean llevados ante la justicia. La situación pone de relieve la necesidad de un control más riguroso sobre la importación de armamento y la vigilancia de las redes de tráfico que podrían amenazar la paz y la estabilidad en el país.
Las investigaciones continúan para esclarecer todos los detalles relacionados con este hallazgo y su posible conexión con actividades delictivas, garantizando así la seguridad y bienestar de los ciudadanos bolivianos.