La FELCC reveló que los ataques contra policías en Llallagua fueron planificados y ejecutados desde cuatro trincheras por francotiradores altamente entrenados, usando fusiles de guerra.
Uno de los disparos acabó con la vida del teniente Brayam Barrozo, perforando su chaleco antibalas. También murieron otros dos policías y un bombero, todos brutalmente golpeados o ejecutados por bloqueadores. Hay indicios de torturas a policías retenidos.
Las protestas dejaron 203 heridos y más de 140 personas detenidas. Se investiga la procedencia de Bs 200.000 hallados en los bloqueos.