El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, rechazó la calificación de “CCC” de Fitch Ratings, porque -afirmó- no se ha dejado de pagar la deuda externa y no tomó en cuenta aspectos como el crecimiento económico y los factores para la baja liquidez.

“Es una calificación de grado de inversión bajísimo, pero aquí hay que establecer que de ninguna manera Bolivia ha dejado de pagar el servicio de la deuda externa”, explicó en una entrevista con Unitel sobre esta calificación de incumplimiento de emisor (IDR) en moneda extranjera de largo plazo.

Según una nota de prensa del Ministerio de Economía, la calificación de riesgo “carece de un análisis en su verdadera dimensión de los resultados positivos alcanzados en la economía nacional y los esfuerzos realizados para hacer frente al adverso entorno internacional”.

Montenegro no solo reafirmó que Bolivia paga puntualmente su servicio de deuda externa, sino también cuestionó que el análisis de la calificadora no haya tomado en cuenta la estabilidad de precios, el crecimiento económico y del mercado laboral.

Además -añadió- no consideró los factores de baja liquidez, falta de pagos de Argentina y el bloqueo de créditos en la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde están pendientes de aprobación más de $us 800 millones.

Un acuerdo político que viabilizó las elecciones judiciales, también concretó el compromiso legislativo de aprobar los créditos estancados en su tratamiento.

“La deuda interna sumada a la deuda externa da 46% del Producto Interno Bruto, no 71” como prevé “la mala contabilización” de la calificadora, pero, además, “el problema de la deuda externa -aseguró- no es ningún tipo de óbice para que Bolivia pueda, digamos, entrar a los mercados internacionales de capitales”.

El informe de la calificadora coloca las proyecciones de crecimiento para Bolivia en un rango pesimista, cuando en 2023 ha destacado como la tercera economía con mayor crecimiento de la región. Pese al contexto internacional desfavorable, Bolivia logró un crecimiento positivo, a diferencia de Argentina, Uruguay, Chile y Perú, que registran cifras negativas en su Producto Interno Bruto (PIB) al tercer trimestre de 2023, refiere la nota de prensa.

Para el 2024, el PGE prevé un crecimiento del PIB en torno a 3,71%; una tasa de inflación del 3,60%; una inversión pública de $us 4.274 millones; un resultado fiscal de -7,80%; y estabilidad en el tipo de cambio.

“Vamos a salir de este problema de liquidez, pero no es un problema de solvencia porque Bolivia tiene contratos de gas, tiene con Brasil, también los tiene con Argentina, tiene perspectivas para exportar soya, también otro tipo de bienes al resto del mundo, de tal manera que no vamos a considerar esto como un problema de solvencia, sino un problema de liquidez que lo hemos sabido solucionar, pero no hemos dejado, repito, de pagar el servicio de la deuda como anticipaba Fitch en sus anteriores reportes y las otras calificadoras. De eso ellos no dicen nada.¿Por qué vaticinaron y nos bajaron la calificación”, cuestionó.

También se observó que en la evaluación de Fitch no se considera que se viene implementando el «Plan de Reactivación Upstream 2021 – 2024», que prioriza proyectos de exploración en la búsqueda de nuevos yacimientos de gas y petróleo.

Es importante destacar la efectividad de las medidas implementadas para gestionar los recursos energéticos de manera más eficiente y el uso de biocombustibles como el etanol que permiten reducir la cantidad de combustible subvencionado, refiere la nota de prensa.