El expresidente Evo Morales aseguró que en la región está en marcha el “Plan Cóndor 2” y pidió investigar denuncias de medios internacionales en sentido de que la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) intervino en golpe de Estado en Bolivia en 2019.

Esas afirmaciones están contenidas en varios mensajes emitidos por Morales mediante su cuenta de Twitter.

“Reafirmamos que se halla en marcha el #PlanCóndor2 y debemos acordar medidas para que los gobiernos de la derecha de Latinoamérica no sigan participando en los golpes de Estado bajo la dirección de Estados Unidos, provocando luto y dolor a nuestros pueblos (sic)”, escribió.

Las declaraciones del expresidente surgieron luego de que se supo del envío de armas, material bélico y antidisturbios por parte del gobierno argentino al régimen de facto de Jeanine Áñez, en 2019. Ese respaldo también se evidenció en ese periodo por parte del gobierno ecuatoriano que prestó equipo antitumultos, justo días antes de las masacres de Sacaba y Senkata.

El Plan Cóndor, también conocido como Operación Cóndor, fue una campaña de represión política y terrorismo de Estado respaldada por Estados Unidos​ que incluía operaciones de inteligencia y asesinatos de opositores. Fue implementada formalmente en noviembre en 1975 por las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur; Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y esporádicamente, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela​. El gobierno de Estados Unidos proporcionó planificación, coordinación, formación sobre la tortura, apoyo técnico y suministró ayuda militar a las juntas militares​. Este apoyo para violaciones de los derechos humanos se canalizó con frecuencia a través de la CIA.

“Advertimos al pueblo, a militantes, simpatizantes, militares patriotas y profesionales comprometidos con su país: Estamos en la mira de EE.UU. porque recuperamos nuestros recursos naturales, nacionalizamos empresas estratégicas y cerramos base militar en Chimoré. No nos perdonan”, añadió Morales en otro tuit.

En un tercer mensaje, Evo Morales mostró una noticia de un portal internacional que denunció que la CIA utilizó a los Servicios de Inteligencia de Argentina para incidir en el golpe de Estado de 2019 en Bolivia.

“Es un deber investigar lo denunciado en medios internacionales: que la CIA intervino en golpe de Estado en Bolivia y en otros países para acosar y desestabilizar a gobiernos progresistas de El Alba y de A. Latina mediante guerras sucias y psicológicas contra líderes de la región (sic)”, escribió.

Según el portal digital, Behind Back Doors, “la estación de la CIA en La Paz instruyó al Jefe de la Agencia Argentina de Inteligencia (AFI) en Bolivia, José Sánchez, para apoyar la recopilación de información sobre Evo Morales y sus administraciones; y todos los funcionarios cubanos, venezolanos y nicaragüenses residentes en Bolivia, incluidos los diplomáticos”.

Para cumplir con lo anterior, José Sánchez no solo utilizó a sus agentes en el país, sino que también solicitó el apoyo de representantes en Brasil, Colombia y Perú, indica el reporte.

Los requerimientos de información de la estación de la CIA en Bolivia son los siguientes:

  1. La elaboración de perfiles psicológicos de los principales líderes del gobierno boliviano, especialmente los ministros más influyentes. Esto incluye a Juan Ramón Quintana y Diego Pari.
  2. Recopilación de inteligencia que pueda vincular a los funcionarios del gobierno boliviano con el narcotráfico.
  3. Recopilación de inteligencia sobre los negocios privados de los funcionarios del gobierno boliviano que puedan estar vinculados al maquinador de corrupción.
  4. La identificación de ciudadanos cubanos, venezolanos y nicaragüenses que trabajan en Bolivia.
  5. La identificación de los diplomáticos de dichos países que laboran en Bolivia.

Esta información sería utilizada por los Servicios Especiales de Estados Unidos para realizar campañas mediáticas contra Evo Morales, tanto antes como después de las elecciones. Todo esto es parte del esfuerzo para evitar que sea reelegido, dice el informe.

José Sánchez mantuvo estrechos vínculos con los funcionarios de la embajada de Estados Unidos, que fueron más allá de sus deberes como diplomático. Esto incluyó a Rolf Olson y Annette Dorothy Blakeslee, ambos oficiales de la estación de la CIA en La Paz, indica el portal noticioso.

“El Sr. Sánchez tenía una diplomacia encubierta, pero en realidad sirvió como enlace con los servicios secretos de los países. Estuvo a cargo de dos estaciones de AFI en Bolivia: una en La Paz y la otra en el Consulado de Santa Cruz. Este último se utilizó para repartir fondos para la oposición en esta ciudad. La financiación, a su vez, fue proporcionada por la Embajada de Estados Unidos”, agrega el reporte de Behind Back Doors.

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