Este sábado 19 de noviembre se recordó con una misa y un acto póstumo en la zona de Senkata (El Alto – La Paz) a las víctimas de aquella jornada de violencia y muerte que se dio al amparo del llamado “decreto de la muerte” (4078) aprobado por la presidenta de facto Jeanine Áñez y su gabinete. La demanda fue justicia y no impunidad.

El presidente Luis Arce Catacora aseguró que la masacre de Senkata “no quedarán en la impunidad” los hechos de violencia y muerte ocurridos el 19 de noviembre de 2019, cuando fuerzas militares y policiales intervinieron un cerco vecinal a las instalaciones de YPFB con el saldo de 10 muertos y decenas de heridos de bala.

En 2019 vecinos del lugar rechazaban la interrupción democrática y al gobierno de facto de Jeanine Áñez, impuesto por cívicos y políticos de oposición. En tanto las violentas protestas de cívicos liderados por el ahora gobernador cruceño Fernando Camacho, junto al motín policial y la sugerencia militar de renuncia, acabaron obligando al expresidente Evo Morales a dimitir.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a través del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), investigó los hechos de la crisis de 2019 y determinó que hubo una masacre en la violencia y muerte de Senkata, como de Sacaba.

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