La Paz, 02 de agosto de 2024 (BOLNEWS). – El Viceministerio de Seguridad Ciudadana, la Policía Boliviana y el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto (GAMEA) han implementado un innovador sistema de «botones de pánico» en la zona 12 de Octubre de la ciudad de El Alto, con el objetivo de preservar la seguridad de las trabajadoras sexuales en establecimientos donde se ofrecen estos servicios. Esta medida surge como respuesta a la creciente preocupación por la seguridad del sector, especialmente tras el brutal asesinato de una trabajadora sexual ocurrido recientemente.

“Estamos en la ciudad de El Alto para la implementación de los ‘botones de pánico’ en los establecimientos donde se ofertan servicios sexuales. El trabajo sexual en Bolivia no está prohibido ni legalizado, pero se ha asumido un enfoque de control sanitario y de seguridad”, informó el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos. Esta iniciativa se da en el marco de un enfoque integral que busca no solo controlar los aspectos sanitarios, sino también proporcionar una respuesta rápida ante situaciones de peligro.

¿Cómo Funcionan los Botones de Pánico?

Los botones de pánico han sido instalados dentro de las habitaciones donde se prestan servicios sexuales. Su función es clara: permitir que las trabajadoras sexuales, en caso de sentirse en peligro o ser víctimas de violencia, activen la alarma. “Una vez que una persona está en riesgo o es víctima de violencia activa el botón, se prende la alarma con el sonido en la sirena en la parte externa. Inmediatamente por vía WhatsApp se comunica a la unidad policial para atender el caso”, detalló el viceministro Ríos.

Este mecanismo de seguridad busca garantizar una intervención rápida de las fuerzas policiales para socorrer a las personas en riesgo, mostrando una coordinación efectiva entre las autoridades locales y las trabajadoras sexuales, quienes también han demandado acciones para mejorar su seguridad.

Un Enfoque Coordinado Tras un Asesinato Violento

La implementación de los botones de pánico se ha acelerado tras el trágico incidente del 2 de junio, cuando un hombre asesinó a una trabajadora sexual en un lenocinio de El Alto. La víctima sufrió múltiples heridas punzo cortantes, lo que provocó una ola de indignación tanto en el sector como en la sociedad en general. Este hecho subrayó la vulnerabilidad de las trabajadoras sexuales y la necesidad urgente de tomar medidas más concretas para su protección.

Tras el asesinato, se convocaron reuniones entre el Viceministerio de Seguridad Ciudadana, la Policía Boliviana, el gobierno municipal, las trabajadoras sexuales y los dueños de los establecimientos, en las que se acordaron una serie de acciones para mejorar la seguridad en la zona. La instalación de los botones de pánico es una de las medidas más destacadas de este plan conjunto.

Reforzando la Seguridad y Promoviendo la Dignidad

El trabajo sexual en Bolivia, aunque no está prohibido ni plenamente legalizado, se encuentra en una zona gris legal. Sin embargo, este enfoque de control sanitario y seguridad implementado por las autoridades refleja un esfuerzo por proteger los derechos y la seguridad de las trabajadoras sexuales en un contexto de alta vulnerabilidad.

Con la implementación de estos dispositivos de seguridad, las autoridades buscan enviar un mensaje claro: la violencia contra cualquier ciudadano, independientemente de su ocupación, no será tolerada. La protección de las trabajadoras sexuales es un paso hacia el reconocimiento de sus derechos y la dignificación de su trabajo en un país que aún enfrenta desafíos importantes en términos de igualdad y justicia social.

RG
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