Viena, Austria, 07 de diciembre de 2024 (BOLNEWS). –

El secretario General de la Vicepresidencia de Bolivia, Juan Carlos Alurralde, destacó esta semana la firme postura de su país en la lucha por la desestigmatización de la hoja de coca, pidiendo su retirada de la Lista 1 de Estupefacientes de la ONU. Durante su intervención en las sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) y la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal (CCPCJ) de las Naciones Unidas, celebradas en Viena, Austria, Alurralde reafirmó el compromiso de Bolivia con la defensa de la coca como un patrimonio ancestral, cuya utilización ha sido injustamente criminalizada.

Bolivia Aboga por el Reconocimiento de la Hoja de Coca como Bien Cultural y Natural

«Los Estados miembros deben tomar decisiones basadas en la verdad científica y en el respeto a los pueblos originarios», subrayó Alurralde, resaltando que Bolivia ha mantenido una postura constante desde 2011 en defensa de la hoja de coca, cuya demonización comenzó en la década de 1950. Esta planta, que es parte fundamental de la cultura, salud y nutrición de los pueblos andinos, ha sido erróneamente asociada al narcotráfico, lo que ha impedido su reconocimiento como recurso valioso para la humanidad.

Alurralde recordó que en 2013 Bolivia presentó una reserva ante la ONU, protegiendo el uso ancestral de la coca, al mismo tiempo que implementó mecanismos efectivos para controlar su cultivo y evitar su uso con fines ilícitos. Este enfoque, resaltó, demuestra que es posible compatibilizar la preservación de las tradiciones ancestrales con el cumplimiento de las normativas internacionales.

«Bolivia ha demostrado con integridad y responsabilidad que se puede equilibrar la protección de las prácticas ancestrales con la lucha contra el narcotráfico», insistió Alurralde, resaltando la importancia de la hoja de coca para la economía y la identidad cultural del país.

Un Llamado a la Justicia Histórica y el Respeto a los Derechos de los Pueblos Indígenas

La intervención de Alurralde también hizo un llamado a la comunidad internacional para reconocer el derecho de los pueblos indígenas a utilizar sus medicinas tradicionales, muchas de las cuales, como la hoja de coca, han sido estigmatizadas. El secretario destacó como «inaceptable» que mientras otras plantas como la marihuana han sido reconocidas por sus propiedades medicinales, la coca sigue siendo ignorada por su potencial en diversos campos, desde la medicina tradicional hasta la nutrición.

«Es urgente corregir los prejuicios históricos que llevaron a la estigmatización de esta planta. La clasificación de la hoja de coca en la Lista 1 de Estupefacientes se basa en un informe de 1950 que ha sido ampliamente cuestionado», expresó. Alurralde agregó que la reciente revisión liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el tema ofrece una oportunidad única para rectificar este error histórico y reconocer a la coca como un recurso que puede transformar la vida de los pueblos indígenas y del mundo en su conjunto.

La Hoja de Coca: Un Símbolo de Armonía con la Naturaleza

El secretario General de la Vicepresidencia también reiteró el compromiso de Bolivia con la protección de la Madre Tierra y la preservación de las tradiciones ancestrales. Según Alurralde, la hoja de coca no solo es un símbolo de la armonía entre los pueblos indígenas y la naturaleza, sino que posee un potencial transformador que va más allá de su uso tradicional, con propiedades que podrían beneficiar a toda la humanidad.

«La coca es mucho más que una planta para los pueblos andinos. Es un recurso que ha permitido a nuestras comunidades sobrevivir durante siglos. Es parte de nuestra identidad, y debe ser reconocida y respetada como tal», concluyó Alurralde, subrayando la importancia de corregir los enfoques erróneos que aún existen sobre esta planta y reafirmando el derecho de Bolivia y de los pueblos originarios a defender su uso.

Un Futuro sin Estigmas

La posición de Bolivia ante la ONU refleja una clara visión de justicia social, cultural y ambiental. A medida que se avanza en el reconocimiento de la hoja de coca, el país busca no solo reivindicar su historia y cultura, sino también abrir un camino hacia una mejor comprensión del potencial de esta planta para el bienestar colectivo. En el horizonte se perfila la posibilidad de un cambio de paradigma en el tratamiento internacional de la coca, que, lejos de ser vista como un problema, puede convertirse en una solución para los pueblos indígenas y para el mundo entero.