Una investigación de la revista The Intercept, de Estados Unidos (EEUU), reveló que Bolivia estuvo al borde de un nuevo golpe de Estado y una invasión armada de mercenarios estadounidenses tras la victoria electoral del presidente Luis Arce, en octubre de 2020.

Denunció, además, que el gobierno de Donald Trump amenazó a investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts para que no revelen sus conclusiones de que no hubo fraude electoral en 2019.

El portal digital estadounidense incluye grabaciones, a partir de audios y correos electrónicos interceptados, que demuestran que el exministro de Defensa del régimen de Jeanine Áñez, Luis Fernando López, lideró las gestiones para desatar una nueva interrupción violenta.

Según las indagaciones, estuvo involucrado el exministro de Gobierno, Arturo Murillo, y que el plan se frustró debido a desacuerdos entre ambos por la posibilidad de una masacre mucho mayor a las perpetradas durante el régimen de Áñez.

La investigación fue publicada este jueves en https://theintercept.com/ con el título “Exministro de Defensa boliviano planeó un segundo golpe con mercenarios estadounidenses”.

En su contenido se lee: “Grabaciones telefónicas y correos electrónicos filtrados revelan que un alto funcionario estaba dispuesto a utilizar tropas extranjeras para impedir que el partido de izquierda, MAS de Bolivia, regresara al poder”.

El texto indica, por ejemplo, en una de las grabaciones filtradas, que una persona identificada como el Ministro de Defensa boliviano, dijo: “Trabajando para evitar la aniquilación de mi país”. Prosigue: “(…) los desacuerdos entre ministros y divisiones dentro de las Fuerzas Armadas, tensos por el peso de la contundente victoria de Arce el 18 de octubre de 2020, parecen haber socavado el plan. Nunca se ejecutó, y varios altos funcionarios del gobierno saliente huyeron de Bolivia”.

En otra parte, se lee que “(…) varios de los conspiradores discutieron el envío de cientos de mercenarios extranjeros a Bolivia desde una base militar estadounidense en las afueras de Miami. Estos unirían fuerzas con unidades militares de élite bolivianas, escuadrones de Policía renegados y turbas de justicieros, en un intento desesperado por evitar que el mayor movimiento político del país regrese al poder”.

ABI./

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