Nuevas revelaciones de Jeanine Áñez en la Fiscalía. Ella dijo que no cuenta con algún documento o título que la avale como presidenta constitucional de Bolivia ya que tuvo que “instrumentalizar” las normas para llegar al poder debido a la emergencia y convulsión social que se vivía en 2019.

No supo qué responder cuando los fiscales le preguntaron si hubo el quórum (cantidad mínima de legisladores asistentes a una sesión) reglamentario en la Asamblea Legislativa Plurinacional para que asuma legalmente la presidencia del Senado y la presidencia del país.

Admitió que el bloque mayoritario de legisladores del MAS-IPSP no asistió a esas sesiones y que ella pertenecía al bloque de las minorías, con su partido denominado “Demócratas”. Pese a las ausencias de legisladores masistas, dijo que impulsó la sesión.

Consultada sobre la importancia de que se lea en el Legislativo las renuncias de autoridades electas para que surtan efecto legal las dimisiones, señaló al sacerdote José Fuentes, entonces secretario adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), por afirmar que bastaba anunciar la renuncia ante los medios de difusión para que tenga efectos el alejamiento de una autoridad.

Respecto a la legalidad de su presidencia, los fiscales le preguntaron: “Diga usted cuál es el documento o título que le permite signar o nominar a su persona como presidenta del Estado Plurinacional de Bolivia”.

Ante la interrogante, ella respondió: “Estando en una situación de emergencia y convulsión social instrumentalicé el Reglamento de la Cámara de Senadores, Constitución Política del Estado y Comunicado del Tribunal Constitucional Plurinacional, ya que era una transición”.

Respecto al quórum legal reglamentario necesario para asumir la presidencia del Senado y, luego, ser designada como presidenta de Bolivia, Áñez señaló:

“Las sesiones desarrolladas solo fueron en fecha 12 de noviembre de 2019, existió convocatoria para la Cámara de Senadores pero públicamente los parlamentarios del MAS dijeron que no asistirían a la Asamblea, lo que yo hice fue instrumentalizar el reglamento (…), además por cumplir con mi deber como parlamentaria ante el país en un estado de emergencia y convulsión social”.

Según el reglamento del Senado, la Presidencia le corresponde al bloque mayoritario, en este caso al MAS, y no así al bloque minoritario, del cual formaba parte Áñez.

Cuándo los fiscales le preguntaron quiénes participaron de la sesión que la designó como presidenta del Senado y luego presidenta del país, ella dijo que “en la sesión de la Cámara de Senadores y en la Sesión de la Asamblea que se desarrolla en la Cámara de Diputados, por un estado de necesidad y por responsabilidad teníamos que resolver el tema de vacío de poder”.

Indicó que se enteró de la renuncia de Adriana Salvatierra por los medios de difusión y que, “de acuerdo a la declaración mediática del padre José Fuentes se dijo que con la renuncia que hemos hecho en los medios de comunicación es suficiente”.

En 2003, tras la renuncia del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, se leyó la renuncia en el Legislativo como requisito previo para designar a su sucesor Carlos Mesa.

Ese procedimiento legal y jurisprudencial no se cumplió en el caso de Jeanine Áñez.

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