Pasaron dos años desde que Luis Arce juró como presidente de Bolivia, en un hecho que implicó la recuperación democrática, truncada en la crisis de 2019. No obstante, los “malos perdedores” en las justas de 2020 y resabios de la “democracia republicana” amenazan este camino de consolidación democrática intercultural que lidera Arce, coincidieron dos analistas.

A las 10.45 del 8 de noviembre de 2020, Arce juró en la Asamblea Legislativa Plurinacional como Presidente de Bolivia, luego de haber ganado, junto con el vicepresidente David Choquehuanca, las elecciones del 18 de octubre con el 55,1% de la preferencia electoral en un contexto político adverso y con líderes del MAS exiliados o encarcelados.

Los analistas políticos Susana Chacón y Emilio Rodas coincidieron en que el triunfo de Arce representó la recuperación de la democracia, luego que fuera truncada por un golpe de Estado en contra de un gobierno democráticamente elegido, como fue el de Evo Morales.

Empero, ese trabajo de consolidación democrática es un proceso que tiene detractores que están vinculados con la derecha y los perdedores de las elecciones.

En noviembre de 2019 tomó el poder por la fuerza Jeanine Áñez, apoyada por cívicos y opositores, luego de la obligada renuncia de Evo Morales por la violenta protesta cívica liderada por el excívico y hoy gobernador cruceño Luis Fernando Camacho, un motín policial y la “sugerencia” militar de dimisión presidencial.

Ni bien tomó el poder, se dieron las masacres de Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto) con muertos y heridos por bala de los sectores sociales movilizados en contra del golpe de Estado. Hubo cientos de encarcelados por ser de filiación del MAS o de sectores sociales, se denunció torturas y violación de derechos humanos.

Mediante decreto del 1 de febrero de 2021, el Gobierno estableció que cada 18 de octubre se recordará el “Día de la recuperación de la democracia intercultural”.

“En octubre de 2020 triunfó la democracia intercultural, triunfó la democracia que permite la deliberación y organización desde abajo y triunfó la democracia que traduce esa voluntad, esa fuerza creativa a través del voto, pero democracia es también materialización de los derechos contenidos en nuestra Constitución Política del Estado”, decía Arce en su primer discurso como Presidente.

Rodas explicó que, con la vigencia de la nueva Constitución Política del Estado desde 2009, rige en Bolivia el nuevo concepto de democracia intercultural que “choca con los bloques tradicionales republicanos”, lo que explica –afirmó- el ataque a la democracia de hoy por parte “de los defensores de la vieja república burguesa”.

Bolivia enfrenta un conflicto activado por Camacho, quien tras fracasar en las elecciones nacionales probó suerte en las departamentales y ganó. Desde el cargo de gobernador y desde Santa Cruz no solo convocó al paro cívico por el censo, sino también participó activamente de similar medida de presión en 2021, cuando se anuló el proyecto de ley de lucha contra las ganancias ilícitas.

Un hombre vinculado a la extrema derecha, Camacho fue actor central de la crisis de 2019 y confesó en una reunión con sus allegados que su padre, José Luis, “arregló” con mandos militares y policiales para que no respalden a Morales y se consolide el golpe de Estado.

Para Chacón, “las personas que perdieron el 2019 no han sabido ser buenos perdedores y, con apoyo de otras personas, están tratando de revivir y retomar su receta, por eso estamos en este enfrentamiento (censo) que no es casual”.

“Tenemos la receta en el bolsillo”, fue una frase que repitió el cívico Calvo en diferentes momentos de conflictividad en alusión al resultado de la crisis de 2019.

Rodas aseguró que la democracia intercultural está en un proceso de consolidación y necesita que el pueblo se apropie.

“La democracia se la recuperó el 18 de octubre de 2020, pero hay que seguir perfeccionándola a lo largo del tiempo”, aseguró el analista y recordó que “los burgueses creían que la democracia liberal que ejercían era perfecta y los del campo popular, al construir el Estado Plurinacional, les hemos demostrado que hay otra democracia”.

Arce tiene un fuerte respaldo de sectores sociales y constantemente recibe pronunciamientos de apoyo a su gestión y compromisos de defensa de la democracia, sobre todo en momentos como el que se da por el paro en Santa Cruz, liderados por los actores de la crisis de 2019.

“Hoy, el horizonte vuelve a ser claro, retornamos a la senda del crecimiento con justicia social y estamos convencidos que, con la unidad del pueblo boliviano, organizado y movilizado, ¡la derecha golpista no pasará!”, afirmó el Presidente el 18 de octubre, recordando su triunfo electoral y como línea de defensa del voto popular y la democracia.

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