La Paz, 19 de diciembre (ANF).- La turba (material compuesto por residuos de plantas) entre los suelos ricos en materia orgánica, que no está descompuesta totalmente y que se encuentran en plena combustión subterránea, debe ser apagada con agua lacustre antes de que se expanda en la isla del Sol del lago Titicaca, plantearon los geólogos del Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente (IGEMA) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
A partir del 10 de diciembre los comunarios alertaron que la vegetación se quemaba y salía humo bajo tierra cerca de la bahía Q’una, a unos 500 metros de la orilla del lago, en la comunidad Ch’alla de la isla del Sol, donde los pastores solían llevar sus rebaños a pastar.
La geóloga Elena Gorinova del IGEMA que visitó el lugar con su equipo de investigación, recolectó muestras de los suelos y junto con los comunarios excavaron en el terreno y encontraron a unos 20 centímetros de profundidad una capa llamada histosol, un suelo rico en materia orgánica y restos vegetales con un alto porcentaje de carbón.
“Es posible que por las elevadas temperaturas que se registran en la región del lago Titicaca y la carencia de precipitaciones pluviales se haya podido iniciar la combustión subterránea de esta clase de turba que no está descompuesta totalmente y que se ha secado en estos bofedales, por lo que es necesario apagarla a la menor brevedad posible, porque está expandiéndose y puede afectar a otros terrenos”, advirtió la experta.
Bombear agua del lago 
Dijo que no será posible que las precipitaciones pluviales, por ahora escasas, logren apagar la combustión bajo tierra que emana humo y gases como dióxido de carbono y metano, por estar a una determinada profundidad, por lo que sugirió “bombear agua del lago Titicaca, ya que la orilla está a unos 500 metros de distancia, hasta formar sobre los suelos que se queman una masa húmeda o barro”.
“Conocimos por los propios comunarios que ellos no cuentan con los recursos para esta tarea, por lo que necesitan el apoyo de autoridades municipales y de la gobernación de forma inmediata”, aseveró.
Explicó que es muy grande la cantidad de esta clase de turba que está bajo tierra y con un aproximado del 63 por ciento de carbono que posee y encima con el clima caliente se ha secado, además con lo que “no ha llovido nada”, la combustión pudo haberse originado de forma natural.
Gorinova alertó que la combustión puede durar meses incluso años. Recordó que en Rusia se registra un fenómeno parecido, pero en terrenos de humedales donde la turba, materia fósil fruto de la lenta descomposición de las plantas en un ambiente húmedo, se consume por varios años.
La investigadora descartó la existencia de un volcán en el lugar, ya que no se registraron sismos, o que se trate de aguas termales porque del suelo no proviene vapor, sino humo con gases que son producto de la quema bajo tierra. En el lugar los geólogos identificaron rocas sedimentarias como calizas y areniscas que son parte de la Formación Copacabana que se remonta a los periodos geológicos Carbonífero – Pérmico de hace unos 300 millones de años.
La isla del Sol con cerca de 10 kilómetros de longitud y 4,6 de ancho tiene una superficie aproximada de 14,3 km cuadrados y se constituye en la isla más grande del lago Titicaca en la provincia Manco Kápac del departamento de La Paz.
Al norte está la población de Challapampa, al centro Ch’alla y al sur Yumani, poseen rastros arqueológicos de culturas prehispánicas y según las leyendas antiguas en la isla del Sol pudo haberse originado la civilización Inca.
El Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente (IGEMA) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) fundado en 1974 planifica, ejecuta y evalúa proyectos de investigación en las ciencias geológicas, tanto básica como aplicadas, en los que participan investigadores – docentes y estudiantes, considerando las problemáticas geológicas de la región y el país.

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