El presidente del Estado, Luis Arce Catacora, pidió este domingo a las universidades públicas ser protagonistas en el desarrollo económico, productivo y social de Bolivia, mediante en un mensaje difundido en conmemoración al 91 aniversario de la autonomía universitaria, promulgada el 25 de julio de 1930.

“Hemos retomado el modelo económico, social, comunitario, productivo y las universidades deben ser protagonistas en el desarrollo económico, productivo y social de nuestra patria, de las transformaciones estructurales, a nivel científico y tecnológico, que nos permitan volver a la senda del crecimiento económico con justicia social; industrialización con sustitución de importaciones, industrialización de recursos naturales con soberanía y dignidad”, instó.

El Primer Mandatario señaló que se requiere de universitarios y profesionales comprometidos con el pueblo y con sus intereses, por lo que también pidió fortalecer el vínculo con las organizaciones sociales y con la sociedad civil para que estén a la altura de lo demandado por la historia “en sintonía con las transformaciones políticas que sepultaron a las élites, que tradicionalmente gobernaron a nuestro país en la colonia y en la república”.

Arce envió sus felicitaciones a estudiantes, docentes y administrativos del sistema universitario público y pidió seguir avanzando en la construcción de un Estado Plurinacional “digno y soberano para el vivir bien de todos bolivianos”.

“Y en la consolidación de una educación humanista, científica, técnica y tecnológica, productiva, territorial, teórica y práctica, liberadora y revolucionaria, crítica y solidaria, como lo establece nuestra Constitución Política del Estado”, enfatizó.

La autoridad también reflexionó sobre el rol de las universidades en el desarrollo integral de Bolivia y su contribución a las transformaciones políticas, económicas y sociales vividas, principalmente en los últimos 15 años, excluyendo los once meses de gobierno de facto en que se restituyó la “república colonial y el fracasado modelo neoliberal”.

Recordó que cuando se estableció la autonomía se pensó en la construcción de una universidad al servicio del pueblo, de los más humildes y discriminados, para construir una sociedad igualitaria y con las mismas oportunidades para todos.

“Habiendo recuperado la democracia intercultural, las universidades públicas deben seguir siendo faros de conocimiento, espacios de discusión política descolonizadora y despatriarcalizadora, liberadora y antiimperialista, y sobre todo, deben ser lugares para la construcción de la utopía permanente del pueblo, un país sin racismo, sin discriminación, sin exclusiones ni excluidos, sin opresores ni oprimidos, sin pobreza, con educación y salud para todas las bolivianas y bolivianos”, recomendó.

A partir de 1930 la Universidad Boliviana asume la Autonomía Universitaria, cuya esencia reside en la libertad del pensamiento para desarrollar el conocimiento científico, en función de sus principios, fines y objetivos, tal como lo establece la Constitución Política del Estado.

La Autonomía Universitaria es un derecho imprescriptible e inalienable, que implica obligaciones y reconoce derechos para autoridades, docentes, estudiantes y dependientes administrativos; y se entiende como la capacidad que tiene la Universidad para la libre administración de su patrimonio, la elección de sus autoridades, el nombramiento de su personal docente y administrativo, la elaboración y aprobación de sus estatutos, planes de estudio, reglamentos y presupuestos anuales, así como la capacidad que se le reconoce para aceptar legados y donaciones, para celebrar contratos y negociar empréstitos con garantía de sus bienes y recursos, previa aprobación legislativa.

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